30.7.09

Yo voy a contar mi verdad

He hablado de la nostalgia, de pasión y de amargura, de ese sufrimiento que desgarra, y he tenido un problema, aunque yo no haya vivido esas aventuras a propia piel, yo me las he creído, las he hecho mías, han influido en mi vida.

Tengo un amargor diario cada mañana como una taza de café, tengo el mismo espesor que la miel en la garganta que me ajusta el pecho, y es por eso que piensan que algo me pasa, y es eso, todas esas entradas, las he hecho mías, las he vivido en mi propia carne con tan solo escribirlas.

Quisiera yo no escribir siempre de dolor, pero es que el hombre se aferra a las alegrías y quiere guardarlas en su pecho, no derrochar, no perderlas. Pero y qué con las tristezas, qué con los sentimientos sucios y bastardos? Esos si que queremos botarlos, y aquí yo los vomito, porque soy también presa de lo humano, de lo asqueroso terrenal, de lo que me aparta de vivir en mi infinita travesía y me sumerge en esta estupefacta soledad de la cual me enamoro cada día mas.

Entonces yo no espero salir de esto hasta quedar en manos de mi Abba, los que ya están ahí deben estar recontra felices, escribiendo este mismo blog, pero con la verdadera dulce libertad y no embarrada de hipocresía.