27.1.10

Si tú no vuelves Soledad

Oye Soledad, si tú no vuelves, ¿se me calcinará el corazón de este sentimiento tan ardiente?
¡Pero, por favor respóndeme! ¿a dónde te has ido? ya ni te extraño, ya ni te busco, y menos te amo, una mano caliente me ha tocado por dentro. Sí, adentro. Se halla en los escombros esos que tú bien conoces, lugares implacables de mi ser que con tus uñas sin limar y malpintadas, destrozaste terriblemente, haciéndome llorar lágrimas de sangre, haciéndome sangrar lágrimas que arden.

Esta mano es diferente, esta mano me sana, me sana y me hace sentir por sobre los cielos, cura todas las heridas que me dejaste, maldita. Las cura todas y pone un aviso que te prohíbe regresar a mí. ¿Cómo pude vivir agonizando contigo tanto tiempo? pues ahora me ha despertado y no quiere que vuelva a sentirme así, eso es lo que dice. Y, ¡convéncete de una buena vez!, no te va a dejar volver, no volverás nunca más, no me harás daño jamás.

Por ti he vuelto a escribir, te puedo soñar todas las noches, puedo cantar tu nombre infinitas veces hasta el alba, eres mi sol.