Hay,
un pozo en el fondo del mar,
donde hirientes pensamientos van viento en popa,
donde el único souvenir que me toca es el último latido de mi corazón.
Van,
de mano en mano un par de mentiras,
acariciando mi vista uniforme,
pero al verme tu te retiras y un día más, como puta de esquina, yo quedé desconforme.
Porque no vale más que un grito hacerte entender una cosa,
y por eso gritaré, al margen de si me entiendes o no,
gritaré porque así me enseñaste tu a hablar,
con el corazón sangrando en la mano buscaré tu amor tramitar.
Ahora entiendo cuando dije "nunca",
y escuché "nunca digas nunca",
y creí que el nunca existía,
y lloré un nunca que a mi misma me prometía.
Ya no valen más las palabras,
sino el que tú me quieras mirar,
valen más tus mil miradas,
porque así me aseguro de que más amor ya no me quieres dar.
Porque "Los errores no se niegan, se asumen; la tristeza no se llora, se supera; y el amor no se grita, se demuestra. Por eso sé fuerte para que nadie te derrote, sé noble para que nadie te humille, sé humilde para que nadie te ofenda y sigue siendo como tú para que nadie te olvide."
Y te lo digo de corazón, nunca aprendí a decir mentiras, eso lo sabes desde siempre, nunca herí a propósito, y nunca desperdicié el amor de mi gente.