24.6.15

Tengo ganas

Sentí que me apagaba,
en realidad no, 
me sentí como siempre,
como si siempre hubiese estado muriendo,
como si morir se sintiera así de explícito,
sentí que siempre había sentido esto. 

Y me enmiedé,
como si nadie me hubiera hecho daño,
como si yo no hubiera sido fuerte por mí sino por ellos,
como si al final...
como si al final mi historia no fuera mía sino que solo tratara de mí. 

Ya aprendí a dormir con los ojos abiertos,
ya aprendí a llorar y secarme la cara, y salir y saludar y comer y reír y volver y fingir y abrazar y cuidar y trabajar y correr y manejar y asegurar y agradecer y estudiar y sobrevivir


cada domingo.